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miércoles, 14 de marzo de 2018

Si hablamos de educación, hablamos de educación inclusiva (Grupo de Educación Inclusiva Podemos Comunidad de Madrid en eldiariodelaeducacion.com)

Podemos presenta en la Asamblea de Madrid una proposición de ley sobre equidad y escuela inclusiva. Pretende el máximo desarrollo en cada alumna y alumno, valorando las diferencias individuales y la diversidad como enriquecedora.

Es preocupante la respuesta educativa que se está dando a las necesidades del alumnado y las leyes que amparan esta forma de proceder desde el inicio de su escolarización, pasando la travesía del curriculum para terminar saliendo del sistema, en algunos casos (demasiados) sin ninguna titulación a pesar del esfuerzo y tiempo empleado, que les permita abrirse un camino hacia la vida laboral, personal y social.

Esta inquietud compartida entre un grupo de profesionales de la educación nos animó, dentro del Área de Educación del grupo parlamentario de Podemos en la Comunidad de Madrid, a analizar detenidamente la situación actual. Fruto de esta reflexión surgió la necesidad de elaborar una propuesta de ley, que cambiase el enfoque del actual sistema educativo, dirigiendo la mirada hacia las modificaciones que puede y debe tomar el centro educativo para asumir a un alumnado que se sienta presente, que se muestre activo y que pueda ser protagonista de su éxito personal y social. Nos estamos refiriendo a un sistema que organice, planifique e incluya la diversidad como componente esencial del grupo humano.

Una visión que también tienen otros profesionales, familias y comunidad educativa en general. Muestra de ello es la reciente Iniciativa Legislativa de los Ayuntamientos de Medidas Prioritarias para la Promoción de la Escolarización Inclusiva que se va a debatir en la Asamblea de Madrid.

Con esta motivación, presentamos una propuesta de Ley para la Equidad y la Educación Inclusiva con el ánimo de corregir los desperfectos, las goteras y la sangría provocada por políticas de abandono y recorte en la enseñanza en general y en la pública en particular, por enfoques educativos ligados a la rentabilidad económica de unos pocos, dejando en la cuneta al alumnado que no puede viajar en el mismo vagón bajo el discurso de una escolarización para todos pero vacía de las medidas adecuadas para cumplir con este predicamento.

Esta propuesta de Ley pretende ser un marco normativo que comprometa a la Comunidad de Madrid a aplicar políticas que favorezcan una verdadera educación para todos y todas, que respete las diferencias individuales, permita el aprendizaje desde el reconocimiento propio y ajeno de esa diversidad y desde la necesidad de un proceso colaborativo en un curriculum transformador.

El origen de la idea de inclusión se sitúa en el Foro internacional de la UNESCO (Tailandia, 1990), donde se promovió el compromiso de una Educación para todas las personas dentro del sistema de educación formal.
La Declaración de Salamanca (1994) marcó sin duda el punto de inflexión para la Educación Especial. En ella se enfatiza la urgencia de impartir la enseñanza a todos los niños y niñas, jóvenes y adultos, dentro de un mismo sistema común de educación. La generalizó la inclusión como principio central que ha de guiar la política y la práctica de la construcción de una educación para todas las personas.

El término de “educación inclusiva” o “inclusión educativa” se puede entender desde dimensiones diferentes. En general, a escala internacional, el término es visto como una manera de acoger y apoyar la diversidad entre todo el alumnado.

La diversidad es un término que reconoce un hecho consustancial al género humano; somos distintos en multitud de dimensiones que interseccionan entre sí y crean nuestras identidades: cultura familiar, género, capacidad, procedencia, lengua, orientación afectivo sexual, medios económicos y residencia, siendo en este sentido donde se quiere poner la mirada en esta Ley.

La Educación Inclusiva pone el foco de atención en la institución que acoge y en cómo realiza esta función, más que en las dificultades del individuo lo que beneficia a toda la comunidad educativa no solo a la población más vulnerable.

Los centros educativos son el motor del cambio, el espacio donde se producen las verdaderas transformaciones y es precisamente en este escenario donde hay que buscar medios para incluir a todo el alumnado sin exclusión alguna, por lo que necesitan nutrirse igualmente del tejido social y municipal.

El avance hacia planteamientos inclusivos exige la colaboración e implicación activa de toda la comunidad educativa y de la sociedad en general.

En el informe de la UNESCO se señala que “el objetivo de la inclusión es brindar respuestas apropiadas al amplio espectro de necesidades de aprendizaje tanto en entornos formales como no formales de la educación. La educación inclusiva, más que un tema marginal que trata sobre cómo integrar a ciertos estudiantes a la enseñanza convencional, representa una perspectiva que debe servir para analizar cómo transformar los sistemas educativos y otros entornos de aprendizaje, con el fin de responder a la diversidad de los estudiantes…” (UNESCO, 2008: Conferencia Internacional de Educación).

En la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, el artículo 24 punto 2b señala: “… las personas con discapacidad puedan acceder a una educación primaria y secundaria inclusiva, de calidad y gratuita, en igualdad de condiciones y oportunidades con las demás, en la comunidad en la que vivan”, ratificado por el Estado español en el BOE 21 de abril 2008.

Con la Ley que presentamos se pretende el máximo desarrollo en cada alumna y alumno, valorando las diferencias individuales y la diversidad como enriquecedora. En definitiva se trata de posibilitar que todo el alumnado alcance el éxito escolar y, por tanto, se aumenten los niveles de equidad, calidad y excelencia del sistema educativo.

La inclusión es un indicador de calidad y equidad porque supone garantizar el derecho a la educación de todo el alumnado y a una enseñanza personalizada. Es una necesidad imprescindible a la que hay que responder en una sociedad democrática. Necesitamos diversificar las oportunidades, experiencias y recursos de aprendizaje para poder ajustar la acción educativa a las características, necesidades e intereses de los alumnos y alumnas; favoreciendo que cada cual pueda construir su trayectoria de aprendizaje, dándole un sentido personal a lo que aprenden y decidiendo sobre el propio proceso de aprendizaje.

Sólo un sistema educativo que contemple la diversidad y apueste por una flexibilidad en el proceso de enseñanza aprendizaje del currículum ordinario puede ser garante de la igualdad de oportunidades y de la calidad.

“En un mundo lleno de diferencias, la normalidad no existe”. (Vlachou, 1999)


Grupo de Educación Inclusiva de Podemos Comunidad de Madrid

Publicado en eldiariodelaeducacion.com

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